Después de un año 2020 totalmente atípico, la distribución de electrodomésticos ha ido volviendo a un escenario de normalidad. Sin embargo, la pandemia ha traído una serie de cambios que no tienen vuelta atrás, como el incremento del comercio electrónico y el impulso a la digitalización de toda la sociedad, desde los ciudadanos hasta las empresas.
La situación generada por la COVID-19 ha tenido un enorme impacto en nuestro país, tanto desde el punto humano y social hasta el económico. Sin embargo, afortunadamente, el sector de los electrodomésticos y la electrónica de consumo no ha estado entre los más afectados. “Es cierto que, al principio de la pandemia y en los meses siguientes, se notó mucho. Pero la situación se ha ido normalizando en gran medida”, afirma Eduardo Moreno, Director General de MCR.
Aunque la crisis sanitaria ha traído nuevos retos al sector. “A pesar de la pandemia y sus consecuencias, las ventas han mantenido una senda en general positiva. Ahora bien, los consumidores están evolucionando y los comercios deben estar al día ante estos cambios. Por un lado, la omnicanalidad es una realidad que debemos saber aprovechar. Nuestro canal cuenta con cerca de 6.000 puntos de venta físicos, lo que supone una enorme ventaja por la capilaridad, por la capacidad logística y la cercanía a los consumidores. Nuestras tiendas tienen un enorme conocimiento de sus clientes y sus necesidades. Esta realidad convive con un entorno cada vez más digital. Pero digital no es únicamente sinónimo de tienda online, sino de eficiencia, de modernización y de comunicación. El consumidor se informa acerca de los productos, de los servicios y de los precios. Debemos ser un referente mediante nuestra presencia en redes sociales y en portales de venta. Y debemos comunicar nuestra enorme cobertura, la calidad de nuestros servicios, nuestra amplitud de oferta y nuestra competitividad en precios”, declara Carlos Moreno-Figueroa, Secretario General de la Federación Española de Comerciantes de Electrodomésticos (FECE).
