Aunque la innovación siempre ha sido constante en los televisores, en el último lustro se ha producido una aceleración quizá nunca vista antes. Al ‘apagón analógico’ se han sumado multitud de avances como el desarrollo de la alta definición, los comienzos de la tecnología tridimensional, los primeros pasos de la integración de TV e Internet, la llegada de nuevos tipos de panel como el LED, el incremento de las conexiones de los televisores y de la capacidad de compartir contenidos digitales con otros aparatos, etc.
Además, este avance no se detiene. Éstas son las últimas novedades y lo que aún tenemos por delante:
LED. Este tipo de paneles son la evolución de los LCD, contando con una eficiencia y respuesta superior a aquellos. Poco a poco, se está convirtiendo en el estándar del mercado. «Cada vez hay más gama LED. El 80% de la oferta ya es LED. A final de año será será el 100%», afirma Javier Morago, responsable de Producto de Toshiba Information Systems España. Entra sus innovaciones, Samuel Andreo, Product Manager de Panasonic España, se detiene en la tecnología 1.600 Hz, que permite mejorar la nitidez en movimiento, «para entregar una alta calidad de representación de la imagen, pues mediante la adición de nuevos marcos y escaneando la luz de fondo, el ojo recibe la información más precisa sobre el objeto que se mueve y percibe toda la imagen más claramente y sin problemas». Asimismo, realza el aumento del ángulo de visión hasta 178º «con impresionante color y gran contraste». Esto se debe especialmente gracias al uso de paneles IPS, que «garantizan contrastes y colores brillantes desde casi cualquier ángulo», precisa. Además, estas pantallas son más respetuosas con el medio ambiente desde el punto de vista del ahorro energético. «La combinación de una alta transmisión de luz del panel IPS y la retroiluminación LED aseguran un bajo consumo de energía, lo que reducirá el consumo de electricidad. Adicionalmente, analiza la imagen y el brillo de la luz de fondo se ajusta dinámicamente de acuerdo con la imagen real. Y al mejorar el contraste también se reduce el consumo de energía, puesto que necesita menos luz para ofrecer la mejor calidad de imágenes», remarca Andreo. Iván García, Director de Marketing de Nevir, indica que «tanto ‘Edge-Led’ como ‘D-Led’ cada vez consumen menos, el panel tiene menos grosor, el marco de los televisores va desapareciendo y se mejora el color de la imagen, haciéndola más real».
AMOLED u OLED. El responsable de Nevir explica que «el AMOLED aún es muy caro a partir de 16», aunque «merece la pena por la cantidad de ventajas que tiene frente al LCD y LED. El color vivo, la reducción drástica de grosor, el ahorro energético, el contraste con negros puros, etc., sin duda lo convierten en la siguiente generación de pantallas, que lleva años ya en los smartphones con mucho éxito. Además, existen muchas variantes, las que aumentan el número de subpíxeles, las que juegan con la distribución de colores, las que emplean más material orgánico, las que mejoran la capacidad táctil y un sinfín de posibilidades. Aunque habría que mejorar su duración y reducir costes». Respecto al OLED, hay algunos fabricantes que ya están investigando en el desarrollo de esta tecnología, una evolución de la actual pero basada en el uso de materiales orgánicos y que permite crear paneles ligeros, delgados, que ofrecen más contraste y brillo, así como un ángulo de visión más amplio. Además, no requieren retroiluminación y consumen menos energía.
Plasma. El representante de Panasonic destaca el lanzamiento de paneles que ofrecen «una impresionante calidad de imagen en movimiento, capaces de alcanzar ciclos de 2.500 Hz» gracias a las tecnologías de procesado de la imagen que permiten disfrutar de mayor claridad, nitidez y detalle. Además, realza la capacidad de ofrecer «niveles de negro más profundos y las gradaciones oscuras más finas», que se combina con filtros de alto contraste que permiten disfrutar de ello tanto «si estás a oscuras o en un ambiente con luz». Asimismo, incide en las mejoras realizadas «para proporcionar 24.576 pasos de gradación de color», lo que se traduce en la posibilidad de «disfrutar de las sutiles variaciones del brillo, de vivos colores y contrastes, especialmente en las escenas oscuras».